jueves, 6 de diciembre de 2007

Hace tiempo que no escribo en mi querido blog. Las circunstancias de la vida, queridos. Excusas en realidad, ya que escribir aquí para mí es un placer. Porque lo hago para mí, en primer lugar, y, si tu lo lees, entonces doble satisfación. ¿Por qué escribir? El ser humano -¿lo somos?- necesita comunicar lo que hay en su interior. El primer trabajo es descubrir lo que hay dentro. A veces no se es consciente de tener algo. Siempre se tiene algo. Una pena puntual, aguda, ácida. Un secreto soportado durante casi toda una vida. Un gozo efímero. Algo, siempre hay algo. Escribir sobre ello es reconfortante. Hay que escribir para el otro. Para tu otro yo, ese que siempre está por encima de tí, de la percepción física que tienes de tí. Por eso, queridos, hoy he vuelto a escribir.
Ciao.

Joao de Lugano