sábado, 5 de enero de 2008

El batallón español



"-Los va-van a de-descuartizar - tartamudeó el general Labraguette, resumiendo el pensamiento de los que estaban en la colina.


Labraguette era el optimista del Estado Mayor imperial, así que la cosa estaba clara. El 326 tenía por delante menos futuro que María Antonieta la mañana que le cortaron el pelo en la Conciergerie. Sin embargo, al oir a Labraguette decir aquello, el Enano se puso el catalejo bajo el brazo y apoyó el mentón en un puño, frunciendo el ceño. Era el gesto que siempre ponía para salir en los grabados y ganar batallas, y solía costarle a Francia entre cinco y seis mil muertos y heridos cada vez."


(La sombra del águila, Arturo Pérez Reverte)